En este abril las musas están ausentes, el papel en
blanco, mudo y vacío. Tal vez se quedaron a muchos kilómetros con algunos amores, tal vez no tengo
nada que decir. Quizás cuando se acomode, tal vez espero que llegue el otoño
porque este verano de abril es raro para mí. Tal vez extraño el canto de los
zorzales a la tarde, y que me acompañen en las caminatas los horneros por la
vereda. Por ahora, observo y busco volver a volar. Acomodar no sólo cosas sino acomodar mi cabeza y mis musas regresaran.
Tal vez…tal vez.