Me di cuenta que
me cuesta escribir, la hoja en blanco es un desafío, quizás la distancia me
pesa. Parte de mí ha quedado allá, mi barrio con mi gente pero si regreso no es
igual a mi recuerdo. Vivo en un exilio a una tierra de sueños.
Tanta esa
necesidad de poner palabras, que hoy amanecí con dolor de garganta, un dolor
intenso y molesto. Son las palabras que
no pude decir, esas que se alborotan en mi garganta como queriendo parirlas. Ahora nacerán a destiempo, como vomito como
algo deforme. Tal vez fue por nuestra
despedida, sin palabras, sin preguntas, sin respuestas, y ahora ya no estas
para escucharlas pero yo debo ser el
duelo de las palabras que no nacieron.
Por eso, las
escribo para que esa hoja ya no esté en blanco sino que salgan de mí y viajen
lejos vuelvan con otro perfume y quizás con tu respuesta.
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