jueves, 24 de diciembre de 2015

Si hubiese nacido niña

Si Jesús hubiese sido una niña, si esa noche en Belén,
hace un tiempo sin año, José hubiera gritado: "¡Niña!"
Primero, no se hubiese llamado Jesús
sino Raquel, Ana, Sara, u otro nombre,
nombre de una mujer importante en la historia.

Pero quizás no hubiese podido llevar a cabo su misión,
o sí pero nadie lo sabría porque ¿a quien le importa lo que hace una mujer?
En las bodas, allá en Caná, estaría entre las que sirven
y se hubiera dado cuenta que falta vino
pero nada podría hacer,
por más que lo dijera, ninguno movería un dedo para traer agua,
más todavía ese trabajo de esclavos.

No podría hablar en público, según la costumbre judía,
y menos enseñar,  nada de llamarse "maestra".
De este modo, nunca hubiesen existido esos bonitos sermones por él compartidos,
ese, el de una mujer que busca una moneda o aquella otra, la que leuda la masa,
quien escucharía, esas son cosas de la casa.

Seguramente muchas mujeres cuidaban y curaban a sus enfermos
pero no eran reconocidas por falta de prensa.
Menos, pensar que un varón le hubiese venido a decir "te seguiré",
porque a una mujer solo la siguen cuando dice: "¡A comer!"
o cuando van a la cama, nada de otras cosas.

Sin embargo, siendo Jesús pudo llevar a cabo lo que conocemos,
pero a su vez, nos mostró otra manera de ser varón,
y que no todos los hombres son iguales.
Porque él no solo habló con la mujer extranjera
sino que también dialogó con ella cuestiones teológicas,
que en aquel tiempo era como discutir sobre política.
Y en ese momento, en ese lugar,
cambio de opinión cuando otra mujer,
también extranjera, le contesto.
Además, bendijo a los niños, cosas de mujeres,
se dejó abrazar y  se conmovió con ellas,
cuando una,  no sabemos su nombre, lo ungió.
Incluso, sus compañeros varones no comprendian sus actitudes ni su misión,
hasta en algún momento, también cocinó para sus amigos.

Y fueron las mujeres las que  lo siguieron  hasta la cruz,
fueron las primeras que dieron testimonios de su resurrección,
y sus discípulos, al oírlas, la llamaron locas.

La cuestión no es si Jesús fue varón o mujer,
no es problema el género,
sino que ser varón no es sinónimo de dominio y de poder,
él mismo fue servidor de todos y todas.
Entonces, no importa preguntarse porque Jesús nació varón
sino transformar la sociedad,
para que no haya ninguna opresión ni social ni de género,
luchando para deshacer todo tipo de barreras y desigualdad,
para que todos y todas tengan vida
y vida en abundancia.
Todavía nos queda mucho por hacer.
Amen sin tilde.

Simplemente Carmen
                                            Pateando el pesebre                         foto Carmen

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