Reflejos después de una lluvia o un vidrio empañado después del
rocío de la mañana es así junio. Como un rayito de sol que entra tímido por mi
ventana, remolón y desperezándose, así es junio. Nos prepara para el invierno
que se aproxima lentamente, ya los días se acortan. Y el viento juega con las pocas hojas caídas en
la vereda, los brazos desnudos de los árboles pareciera que quieren trepar en
cielo y taparse con las nubes oscuras.
Y nosotros caminamos rápidos urgidos
por las preocupaciones de la vida. Quizás por eso en esta época nos refugiamos
en nuestros hogares, necesitamos el abrazo de los amigos y la sonrisa de los
niños para sentirnos vivos, buscamos el calor que no encontramos en la
naturaleza. Pero a veces, nos dejamos
llevar por la melancolía, que se nos presenta como la neblina de la mañana,
pero sólo es un momento, después la despedimos con una sonrisa.
Tenemos la
esperanza que la primavera vendrá no como estación sino como convicción de
vida, porque hemos hecho bien las cosas y hemos plantado buena semilla.
Simplemente Carmen
Simplemente Carmen
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