Para Emilia, cuando se lo regalé se emocionó
y seguro que donde esté también lo recordará.
Mi madre tiene sesenta y
cinco años,
su vida es dura pero ella
le da lucha con su fe y
fortaleza.
Mi madre es una mujer
valiente,
que siempre dice las cosas
de frente,
es una correntina de ley.
Mi madre tiene sus manos
gastadas
de tanto carpir algodón,
en esa tierra querida
donde se abrió al amor.
Mi madre tuvo once
hijos
y a todos quiere por igual.
Comparte con ellos su
alegría
pero su llanto es en soledad.
Mi madre tiene el corazón
grande
y se cansa de respirar,
pero de lo que ella nunca
se cansa es de tanto amar.
Con estas humildes palabras
no queríamos ofenderte
sólo decirte gracias por
todo mamá.
Simplemente Carmen
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