Comentario sobre el libro de Rut
Rut es
un libro pequeño que se encuentra dentro de la Biblia, pero a la vez con tantos
significados que podemos hallar a través de su historia: la familia, la mujer,
la sociedad patriarcal, la solidaridad con el pobre, la tierra, la
descendencia, el poder, la tradición, el hambre, la migración, y todas tendrían
una fundamentación. Por eso es tan complejo analizar este texto porque son
muchos los hilos que hacen la trama de este pequeño libro. Mi intención no es
agotar ni cerrar la discusión sino compartir con ustedes lo que a largo de mi
caminar como animadora popular de la Biblia pude percibir, y dar algunas llaves de lectura que nos
ayuden a abrir este hermoso texto y se haga vida en nosotros/as y nuestras
comunidades.
|
Momento en que Rut decide quedarse con Noemí (imagen de internet) |
Época y lugar en el canon
El libro de Rut presenta una
historia donde se encuentra además una tradición sobre el linaje de David;
forma parte, además, de la tradición sapiencial y está entre los ketubin o “Escritos” en la Biblia Hebrea.
Dentro del canon hebreo se halla después del libro de los Proverbios y antes
del Cantar de los Cantares. En la Sextuaginta,
el texto se encuentra entre los libros históricos, después de Jueces y antes de Reyes, y esto
fue así porque fue interpretado de manera literal, ya que en su primer
versículo dice: “Sucedió en el tiempo de los jueces…” (1:1). Para aclarar esto
debemos poner en claro cuándo se escribió este libro. Según el biblista Carlos
Mesters,
y otros estudiosos también, concluyó
que: “el libro de Rut fue escrito en torno al año 450 a.C., es decir, más o
menos 100 años después del fin del cautiverio”. El cuadro cronológico de la
Biblia de Jerusalén también sitúa el libro de Rut por esta misma fecha. Por eso
es que en el libro de Rut aparecen temas que son propios del momento de la reconstrucción de Jerusalén (tal
como los podemos encontrar en Esdras y Nehemías, que son escritos
contemporáneos al de Rut): el hambre, la
posesión de la tierra y el casamiento con mujeres extranjeras; si bien los planteos
son los mismos la solución no: mientras Esdrás y Nehemías expulsan a las
mujeres y a sus hijos, en el texto de Rut no solo no las expulsa sino que, por
la solidaridad la protagonista, Noemí salva su vida y obtiene su descendencia.
La autoría
Algunos intérpretes atribuyen la
autoría del libro a una mujer. La historia en primer lugar se habría trasmitido
de forma oral, único medio que disponían las mujeres para transmitir sus
saberes. Luego, una escriba embelleció el relato y lo puso por escrito.
Una de las razones para argumentar esto es que, si bien la cultura de este
relato es patriarcal, es en donde las mujeres son protagonistas; dialogan,
trabajan, planean y se organizan. Si bien esta hipótesis no se puede verificar,
tampoco la podemos rechazar por completo.
|
La solidaridad: foto Carmen |
Llaves de lectura:
1. Lo primero que tenemos que tener
en cuenta, según Carlos Mesters, son las llaves de lectura, estas son
herramientas que nos ayudan a interpretar los textos. En el caso del libro de
Rut hay que tener en cuenta que la historia vale no sólo por lo que dice sino
también por lo que calla. En el libro de Rut llama la atención que no se hable
del rey ni de los sacerdotes; no menciona al templo, ni al altar, ni a
Jerusalén, ni de los sacrificios que allí se realizaban. Esta es una clave que
nos ayuda a pensar lo que en el libro de Rut significan los proyectos de
Zorobabel y Josué, proyecto monárquico que no tuvo el apoyo necesario, sobre
todo del imperio persa.
2. Una cosa que también llama la
atención es que en el centro de la historia está una mujer extranjera. El libro
llega a pedir que Rut sea como Raquel y Lía, las dos madres que se encuentran
en los orígenes del Pueblo de Dios (4,11; Gén 35,23-26). En otras palabras,
admite que una extranjera pase a ser nueva madre del Pueblo de Dios. El texto
pone énfasis sobre su origen moabita (1:22, 2:2.6.21, 4:3. 5-10), un pueblo
considerado enemigo de Israel, y como estas dos mujeres dejan de lado esas barreras
para ayudarse mutuamente.
3. La tercera cosa que llama la atención
es el gesto de Booz al resolver el problema de Noemí y Rut. Pero quien toma la
iniciativa no es Booz sino ambas viudas pobres. Ellas lo preparan todo, de esta
manera vemos como en los momentos de crisis las personas que no cuentan, las
que no tienen poder, buscan alternativas desde la solidaridad y el rescate de
leyes para la vida.
El sentido escondido del nombre de las personas
Los nombres de todas las personas
que aparecen en el libro de Rut tienen un sentido especial, escondido. Esta es
la lista de los nombres:
-Elimelec, nombre del marido,
significa “mi Dios Rey”.
-Noemí, nombre de la esposa,
significa “Gracia” o “Graciosa”.
-Mara, el otro nombre de la esposa,
significa “Amargura” o “Amarga”.
-Majalón, nombre del hijo
primogénito, significa “Obediencia”.
-Guilión, nombre del segundo hijo,
significa “Fragilidad”.
-Orfa, nombre de la primera nuera,
significa “Espalda”.
-Rut, nombre de la segunda nuera,
significa “Amiga”.
-Booz, nombre del pariente cercano,
significa “A la fuerza”.
-Obed,
nombre del hijo de Mara, significa “Siervo”.
El esquema del libro
La historia de Rut está muy bien
compuesta. Comienza con la denuncia de la opresión en la que vive el pueblo
(1,15) y termina con la narración del feliz final que espera el mismo pueblo
(4,13-17). Entre la situación real del comienzo y la situación ideal del fin,
está el camino de reconstrucción del pueblo. Este camino tiene cuatro pasos
(1,6-4,12). Veamos el esquema del conjunto:
1. El cuadro inicial: 1,15
Describe la situación real del
pueblo. Aparecen los problemas a enfrentar: falta de pan, falta de tierra y
falta de un hijo que pueda dar continuidad a la familia y garantizar el futuro.
2. El camino: 1,6-4,12
Primer paso: Atraída por la buena
noticia de la visita de Dios a su tierra natal, Noemí decide regresar a ella en
busca de pan (1,6-22).
Segundo paso: Rut toma la iniciativa
de recoger espigas en el campo y así comienza a hacer valer el derecho de los
pobres.
Tercer paso: Instigado por Rut, Booz
se compromete a cumplir la ley del rescate y ayudar así a la solución del
problema de aquella familia (3,1-18).
Cuarto paso: Booz cumple la ley del
rescate, se casa con Rut y garantiza la posesión de la tierra y el futuro de la
familia (4,1-12).
3- El cuadro final (4,13-17):
Describe el nacimiento del hijo, Obed, y el problema del pueblo. Traza la
genealogía de David, el cual es biznieto de Rut, la extranjera.
Comentario
Desde mi experiencia en profundizar este libro con mujeres, lo primero que
surge en broma es que el texto de Rut y
Noemí es una “novela” porque se llevan bien una suegra y una nuera, y eso solamente pasa en las novelas. Además de
esto llama la atención como dos mujeres, al borde de perder la vida, luchan con
inteligencia, organización, rescatan leyes antiguas, las reinterpretan y se
dignifican con su trabajo. Rut no va a
los campos de Booz a pedir limosna sino que hace respetar sus derechos, por
pobre, mujer y viuda. (Lev 19,9-10) (Dt 24,19). Pero si pensamos
en la actualidad, ¿cuántas mujeres organizan nuestros comedores, nuestros
movimientos, siempre preocupadas por los demás? más aun en los momentos de
crisis. A su vez, Noemí tiene la sabiduría de las mujeres pobres de no limitar
a Dios a un solo pueblo, sino que acepta a Rut, se preocupa por ella y su
futuro; es por eso que en primer lugar insiste en que vuelva a su tierra ya que
con ella no tendría futuro. Pero la
respuesta de Rut es una opción con y para el pobre, en realidad para con la
pobre: "No me fuerces a dejarte, yéndome lejos de ti, pues a donde tú
vayas, iré yo; y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios
será mi Dios. Donde tú mueras, allí también quiero morir yo y ser enterrada.
Que el Señor me castigue como es debido si no es la muerte la que nos
separe" (1,16-17). Porque ellas
todavía no tienen la respuesta de cómo les va a ir en la tierra de Belén, sino
que a partir de aquel diálogo que tuvieron en los campos de Moab las dos
inician un camino. Por eso en el primer bloque de este texto el verbo “ir” se
repite muchas veces, porque lo importante es ponerse en marcha.
Cuando Rut va espigar a los campos
de Booz, ¿por casualidad o es Dios el que no abandona a los pobres? siempre que
parece que estamos en la última instancia vemos una pequeña luz, o como dice la
canción de María Elena Walsh: “en el momento del naufragio y de la oscuridad
alguien te rescatará para ir cantando”. Pero
nuestras dos protagonistas no se sorprenden, a medida que los hechos se suscitan
en el relato ellas dialogan, piensan, no sólo en los hechos inmediatos sino
en el futuro. No discuten teorías sino prácticas y quieren resolver los
problemas concretos de la vida: pan, familia y tierra. Van creando poder desde
el no poder; este pequeño grupo tendrá la valentía de iniciar la reconstrucción
de un pueblo ¡Era la semilla de mostaza de la que habla el Evangelio!
El otro tema que surge no es menor y
podemos relacionarlo con el Cantar de los Cantares, se trata del amor humano. La
gente se admira con que naturalidad la Biblia habla del tema. Quizás porque
nuestra cultura toma el tema como tabú pero, en definitiva, somos seres
sexuales. Y en este relato también está presente la sexualidad. Booz, desde el
primer momento, siente una atracción y admiración hacia Rut, y ella siente su cercanía y le responde: "Ojalá me
haga merecedora de tanta bondad. Me consuelas y
hablas a mi corazón" (2,13).
Son las misma palabras de consuelo que
usa el profeta Isaías (40,1). En el momento del encuentro de la carpa es ella
la que toma la iniciativa y reclama sus derechos, “extiende tu manta porque tú
eres mi Go’el”. Es que el amor humano es reflejo del amor de Dios para con su
pueblo. Y también el título de Go’el pasará a Dios y a Jesús.
Por último, siempre me llama la
atención que son las mujeres, vecinas de Rut y Noemí, las que le eligen el
nombre a Obed, aunque esto después es cambiado con una breve cronología
agregada. Siempre me quedo con la primera versión porque cuando hay un
nacimiento o una buena noticia, son las mujeres las primeras en observar y en
alegrarse. Y con respecto a esto cuento algo personal: cuando hace mucho tiempo
atrás era jovencita, y ni yo misma creía en mis capacidades, reunidos en la
capilla de mi barrio, fueron mis vecinas las que me eligieron para que
preparara los encuentros bíblicos, ellas vieron algo que todavía yo no veía, y
si bien la Biblia no resolvió mis problemas me dio la luz y las fuerzas para ponerme
en marcha.
Estas son algunas de las
reflexiones que surgen al leer este libro, que tiene una riqueza que ayuda a
las mujeres a verse como compañeras, rescatándose mutuamente, solidarizándose
con el que sufre, dignificándose y creando poder desde el no poder; esa es la
fuerza de los débiles, esa es la vida que busca camino y nuestras primeras
compañeras son Rut y Noemí.
Carmen Alegre