domingo, 24 de agosto de 2014

Búsqueda de alternativas para la vida

Comentario sobre el libro de Rut
Rut es un libro pequeño que se encuentra dentro de la Biblia, pero a la vez con tantos significados que podemos hallar a través de su historia: la familia, la mujer, la sociedad patriarcal, la solidaridad con el pobre, la tierra, la descendencia, el poder, la tradición, el hambre, la migración, y todas tendrían una fundamentación. Por eso es tan complejo analizar este texto porque son muchos los hilos que hacen la trama de este pequeño libro. Mi intención no es agotar ni cerrar la discusión sino compartir con ustedes lo que a largo de mi caminar como animadora popular de la Biblia pude percibir,  y dar algunas llaves de lectura que nos ayuden a abrir este hermoso texto y se haga vida en nosotros/as y nuestras comunidades.
Momento en que Rut decide quedarse con Noemí (imagen de internet)

Época y lugar en el canon
El libro de Rut presenta una historia donde se encuentra además una tradición sobre el linaje de David; forma parte, además, de la tradición sapiencial y está entre los ketubin o “Escritos” en la Biblia Hebrea. Dentro del canon hebreo se halla después del libro de los Proverbios y antes del Cantar de los Cantares. En la Sextuaginta, el texto se encuentra entre los libros históricos,  después de Jueces y antes de Reyes, y esto fue así porque fue interpretado de manera literal, ya que en su primer versículo dice: “Sucedió en el tiempo de los jueces…” (1:1). Para aclarar esto debemos poner en claro cuándo se escribió este libro. Según el biblista Carlos Mesters,[1] y  otros estudiosos también, concluyó que: “el libro de Rut fue escrito en torno al año 450 a.C., es decir, más o menos 100 años después del fin del cautiverio”. El cuadro cronológico de la Biblia de Jerusalén también sitúa el libro de Rut por esta misma fecha. Por eso es que en el libro de Rut aparecen temas que son propios del  momento de la reconstrucción de Jerusalén (tal como los podemos encontrar en Esdras y Nehemías, que son escritos contemporáneos al de Rut): el hambre,  la posesión de la tierra y el casamiento con mujeres extranjeras; si bien los planteos son los mismos la solución no: mientras Esdrás y Nehemías expulsan a las mujeres y a sus hijos, en el texto de Rut no solo no las expulsa sino que, por la solidaridad la protagonista, Noemí salva su vida y obtiene su descendencia.
La autoría
Algunos intérpretes atribuyen la autoría del libro a una mujer. La historia en primer lugar se habría trasmitido de forma oral, único medio que disponían las mujeres para transmitir sus saberes. Luego, una escriba embelleció el relato y lo puso por escrito.[2] Una de las razones para argumentar esto es que, si bien la cultura de este relato es patriarcal, es en donde las mujeres son protagonistas; dialogan, trabajan, planean y se organizan. Si bien esta hipótesis no se puede verificar, tampoco la podemos rechazar por completo.
La solidaridad: foto Carmen

Llaves de lectura:
1. Lo primero que tenemos que tener en cuenta, según Carlos Mesters, son las llaves de lectura, estas son herramientas que nos ayudan a interpretar los textos. En el caso del libro de Rut hay que tener en cuenta que la historia vale no sólo por lo que dice sino también por lo que calla. En el libro de Rut llama la atención que no se hable del rey ni de los sacerdotes; no menciona al templo, ni al altar, ni a Jerusalén, ni de los sacrificios que allí se realizaban. Esta es una clave que nos ayuda a pensar lo que en el libro de Rut significan los proyectos de Zorobabel y Josué, proyecto monárquico que no tuvo el apoyo necesario, sobre todo del imperio persa.
2. Una cosa que también llama la atención es que en el centro de la historia está una mujer extranjera. El libro llega a pedir que Rut sea como Raquel y Lía, las dos madres que se encuentran en los orígenes del Pueblo de Dios (4,11; Gén 35,23-26). En otras palabras, admite que una extranjera pase a ser nueva madre del Pueblo de Dios. El texto pone énfasis sobre su origen moabita (1:22, 2:2.6.21, 4:3. 5-10), un pueblo considerado enemigo de Israel, y como estas dos mujeres dejan de lado esas barreras para ayudarse mutuamente.
3. La tercera cosa que llama la atención es el gesto de Booz al resolver el problema de Noemí y Rut. Pero quien toma la iniciativa no es Booz sino ambas viudas pobres. Ellas lo preparan todo, de esta manera vemos como en los momentos de crisis las personas que no cuentan, las que no tienen poder, buscan alternativas desde la solidaridad y el rescate de leyes para la vida.
El sentido escondido del nombre de las personas
Los nombres de todas las personas que aparecen en el libro de Rut tienen un sentido especial, escondido. Esta es la lista de los nombres:
-Elimelec, nombre del marido, significa “mi Dios Rey”.
-Noemí, nombre de la esposa, significa “Gracia” o “Graciosa”.
-Mara, el otro nombre de la esposa, significa “Amargura” o “Amarga”.
-Majalón, nombre del hijo primogénito, significa “Obediencia”.
-Guilión, nombre del segundo hijo, significa “Fragilidad”.
-Orfa, nombre de la primera nuera, significa “Espalda”.
-Rut, nombre de la segunda nuera, significa “Amiga”.
-Booz, nombre del pariente cercano, significa “A la fuerza”.
-Obed, nombre del hijo de Mara, significa “Siervo”.
El esquema del libro
La historia de Rut está muy bien compuesta. Comienza con la denuncia de la opresión en la que vive el pueblo (1,15) y termina con la narración del feliz final que espera el mismo pueblo (4,13-17). Entre la situación real del comienzo y la situación ideal del fin, está el camino de reconstrucción del pueblo. Este camino tiene cuatro pasos (1,6-4,12). Veamos el esquema del conjunto:
1. El cuadro inicial: 1,15
Describe la situación real del pueblo. Aparecen los problemas a enfrentar: falta de pan, falta de tierra y falta de un hijo que pueda dar continuidad a la familia y garantizar el futuro.
2. El camino: 1,6-4,12
Primer paso: Atraída por la buena noticia de la visita de Dios a su tierra natal, Noemí decide regresar a ella en busca de pan (1,6-22).
Segundo paso: Rut toma la iniciativa de recoger espigas en el campo y así comienza a hacer valer el derecho de los pobres.
Tercer paso: Instigado por Rut, Booz se compromete a cumplir la ley del rescate y ayudar así a la solución del problema de aquella familia (3,1-18).
Cuarto paso: Booz cumple la ley del rescate, se casa con Rut y garantiza la posesión de la tierra y el futuro de la familia (4,1-12).
3- El cuadro final (4,13-17): Describe el nacimiento del hijo, Obed, y el problema del pueblo. Traza la genealogía de David, el cual es biznieto de Rut, la extranjera.

Comentario
Desde mi experiencia en profundizar este libro con mujeres, lo primero que surge en broma es que  el texto de Rut y Noemí es una “novela” porque se llevan bien una suegra y una nuera, y  eso solamente pasa en las novelas. Además de esto llama la atención como dos mujeres, al borde de perder la vida, luchan con inteligencia, organización, rescatan leyes antiguas, las reinterpretan y se dignifican con su trabajo. Rut no va  a los campos de Booz a pedir limosna sino que hace respetar sus derechos, por pobre, mujer y viuda. (Lev 19,9-10) (Dt 24,19). Pero si pensamos en la actualidad, ¿cuántas mujeres organizan nuestros comedores, nuestros movimientos, siempre preocupadas por los demás? más aun en los momentos de crisis. A su vez, Noemí tiene la sabiduría de las mujeres pobres de no limitar a Dios a un solo pueblo, sino que acepta a Rut, se preocupa por ella y su futuro; es por eso que en primer lugar insiste en que vuelva a su tierra ya que con ella no tendría futuro.  Pero la respuesta de Rut es una opción con y para el pobre, en realidad para con la pobre: "No me fuerces a dejarte, yéndome lejos de ti, pues a donde tú vayas, iré yo; y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, allí también quiero morir yo y ser enterrada. Que el Señor me castigue como es debido si no es la muerte la que nos separe"  (1,16-17). Porque ellas todavía no tienen la respuesta de cómo les va a ir en la tierra de Belén, sino que a partir de aquel diálogo que tuvieron en los campos de Moab las dos inician un camino. Por eso en el primer bloque de este texto el verbo “ir” se repite muchas veces, porque lo importante es ponerse en marcha.
Cuando Rut va espigar a los campos de Booz, ¿por casualidad o es Dios el que no abandona a los pobres? siempre que parece que estamos en la última instancia vemos una pequeña luz, o como dice la canción de María Elena Walsh: “en el momento del naufragio y de la oscuridad alguien te rescatará para ir cantando”.  Pero nuestras dos protagonistas no se sorprenden, a medida que los hechos se suscitan en el relato ellas dialogan, piensan, no sólo en los hechos inmediatos sino en el futuro. No discuten teorías sino prácticas y quieren resolver los problemas concretos de la vida: pan, familia y tierra. Van creando poder desde el no poder; este pequeño grupo tendrá la valentía de iniciar la reconstrucción de un pueblo ¡Era la semilla de mostaza de la que habla el Evangelio!
El otro tema que surge no es menor y podemos relacionarlo con el Cantar de los Cantares, se trata del amor humano. La gente se admira con que naturalidad la Biblia habla del tema. Quizás porque nuestra cultura toma el tema como tabú pero, en definitiva, somos seres sexuales. Y en este relato también está presente la sexualidad. Booz, desde el primer momento, siente una atracción y admiración hacia Rut, y ella siente  su cercanía y le responde: "Ojalá me haga merecedora de tanta bondad. Me consuelas y  hablas a mi corazón"  (2,13).  Son las misma palabras de consuelo que usa el profeta Isaías (40,1). En el momento del encuentro de la carpa es ella la que toma la iniciativa y reclama sus derechos, “extiende tu manta porque tú eres mi Go’el”. Es que el amor humano es reflejo del amor de Dios para con su pueblo. Y también el título de Go’el pasará a Dios y a Jesús.
Por último, siempre me llama la atención que son las mujeres, vecinas de Rut y Noemí, las que le eligen el nombre a Obed, aunque esto después es cambiado con una breve cronología agregada. Siempre me quedo con la primera versión porque cuando hay un nacimiento o una buena noticia, son las mujeres las primeras en observar y en alegrarse. Y con respecto a esto cuento algo personal: cuando hace mucho tiempo atrás era jovencita, y ni yo misma creía en mis capacidades, reunidos en la capilla de mi barrio, fueron mis vecinas las que me eligieron para que preparara los encuentros bíblicos, ellas vieron algo que todavía yo no veía, y si bien la Biblia no resolvió mis problemas me dio la luz y las fuerzas para ponerme en marcha.
Estas son algunas de las reflexiones que surgen al leer este libro, que tiene una riqueza que ayuda a las mujeres a verse como compañeras, rescatándose mutuamente, solidarizándose con el que sufre, dignificándose y creando poder desde el no poder; esa es la fuerza de los débiles, esa es la vida que busca camino y nuestras primeras compañeras son Rut y Noemí.
Carmen Alegre



[1] Mesters, Carlos, Rut, Pan familia, tierra, Editorial Tierra Nueva, Quito, 2000.
[2] Levoratti, Armando, Comentario Bíblico Latinoamericano, Antiguo Testamento I, Verbo Divino, , Navarra, 2005

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Doce años

  Han pasado doce años, tuvimos tres gatos, dos hijos por un rato, una casa que no es nuestra, una perra petizona tres bicicletas y ...