domingo, 3 de agosto de 2014

Con las manos en la masa y la confianza puesta en Dios

También les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas".
Después les dijo esta otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa".
(Mateo 13:31-33)

Las parábolas recorren un camino, parten de la vida, de lo que el pueblo conocía, sabía y entendía para llegar al mensaje que nos quiere trasmitir, ese mensaje oculto, nuevo y bueno que sólo unos pocos pueden acceder, y no es necesario tener un título universitario, sino el que tenga oído para oír que oiga.
Para quien pudo tener entre sus manos una semilla de mostaza pudo darse cuenta de la pequeñez de ese grano color crema, y que como toda semilla guarda una fuerza interna capaz de crecer y dar vida a su alrededor. A nosotras nos sucede igual, somos capaces de realizar las tareas que dan vida, devuelven sonrisas, entregan dignidad. Hay momentos que esto parece salir espontáneamente, en nuestras familias y comunidades. En esta parábola tenemos que poner la confianza no en nosotros y en nuestras acciones sino que tarde o temprano los frutos se irán dando.
Pero hay veces que esto es más difícil, y ahí pasamos a la otra parábola, la bella imagen de Dios como mujer, una mujer que trabaja, que prepara el alimento para todos y todas. Volviendo a la reflexión, esta mujer que también somos nosotras prepara todo pero esto implica un esfuerzo, ya no se da naturalmente, y ahí se va mezclando la harina y la levadura; lo que para nosotras pareciera que no sirve, un hongo que parece impuro, sirve para elevar la masa y producir el pan para comer. Por eso no debemos sacar las manos de la masa, nuestro esfuerzo vale.  Hay un dicho que dice "con el mazo dando y a Dios rogando", por eso las dos parábolas van juntas, porque debemos tener las manos en la masa pero la confianza puesta en Dios, y así seguir en nuestra tarea de realizar una sociedad mejor.
Simplemente Carmen
La amasadora: Foto Carmen

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