Si Jesús
hubiese sido una niña, si esa noche en Belén,
hace un
tiempo sin año, José hubiera gritado: "¡Niña!"
Primero, no
se hubiese llamado Jesús
sino Raquel,
Ana, Sara, u otro nombre,
nombre de
una mujer importante en la historia.
Pero quizás no
hubiese podido llevar a cabo su misión,
o sí pero
nadie lo sabría porque ¿a quien le importa lo que hace una mujer?
En las bodas, allá en Caná, estaría entre las que sirven
y se hubiera
dado cuenta que falta vino
pero nada podría
hacer,
por más que lo dijera, ninguno movería un dedo para traer agua,
más todavía
ese trabajo de esclavos.
No podría hablar
en público, según la costumbre judía,
y menos
enseñar, nada de llamarse "maestra".
De este modo, nunca hubiesen existido esos bonitos sermones por él compartidos,
ese, el de una
mujer que busca una moneda o aquella otra, la que leuda la masa,
quien
escucharía, esas son cosas de la casa.
Seguramente
muchas mujeres cuidaban y curaban a sus enfermos
pero no eran
reconocidas por falta de prensa.
Menos, pensar que un
varón le hubiese venido a decir "te seguiré",
porque a una
mujer solo la siguen cuando dice: "¡A comer!"
o cuando van a la
cama, nada de otras cosas.
Sin embargo, siendo
Jesús pudo llevar a cabo lo que conocemos,
pero a su vez, nos mostró otra manera de ser varón,
y que no
todos los hombres son iguales.
Porque él no
solo habló con la mujer extranjera
sino que también dialogó con ella cuestiones teológicas,
que en aquel tiempo era como
discutir sobre política.
Y en ese
momento, en ese lugar,
cambio de
opinión cuando otra mujer,
también extranjera, le contesto.
Además, bendijo a
los niños, cosas de mujeres,
se dejó
abrazar y se conmovió con ellas,
cuando una, no sabemos su nombre, lo ungió.
Incluso, sus
compañeros varones no comprendian sus actitudes ni su misión,
hasta en
algún momento, también cocinó para sus amigos.
Y fueron las
mujeres las que lo siguieron hasta la cruz,
fueron las
primeras que dieron testimonios de su resurrección,
y sus discípulos, al oírlas, la llamaron locas.
La cuestión
no es si Jesús fue varón o mujer,
no es problema el género,
sino que ser
varón no es sinónimo de dominio y de poder,
él mismo fue
servidor de todos y todas.
Entonces, no
importa preguntarse porque Jesús nació varón
sino transformar
la sociedad,
para que no
haya ninguna opresión ni social ni de género,
luchando
para deshacer todo tipo de barreras y desigualdad,
para que
todos y todas tengan vida
y vida en abundancia.
Todavía
nos queda mucho por hacer.
Amen sin
tilde.
Simplemente Carmen
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Pateando el pesebre foto Carmen |