inocente clavado en dos maderos,
con tu sangre en tus manos
y abierto tu costado.
Pero también estás vivo,
en el hermano, en el que sufre,
en el hambriento, en los niños,
y caminado a mi lado.
Es allí donde quisiera reconocerte,
seguirte y servirte.
Todo lo que haga por ellos,
a vos te lo hago.
Simplemente Carmen
Misión de Formosa 2008 |
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