lunes, 14 de julio de 2014

Desde mi ventana de mujer

          Leila Al-Safadi, Jefa de redacción del diario Baniyas, en el ocupado Golan
 
Desde la ocupación del Golan, hace cuarenta años, la autoridad ocupante israelí niega el permiso a cualquier persona del Golan que quiera visitar a su madre patria Siria y ver a sus familiares. Estas autoridades ciegan sus ojos a lo más sencillo de los derechos humanos. Hace pocos años Israel permitió a los hombres religiosos hacer una visita relámpago a un templo en Siria, también permite a algunos estudiantes cruzar la frontera anualmente… fuera de eso no hay contacto real entre la población a ambos lados de la valla. No se sabe quién es la parte mas interesada en la prohibición, cuál es el beneficio que se gana con este cierre humano.
Por qué se niega este derecho natural al sector más amplio, a las mujeres y los niños.nEnseguida les voy a relatar algunos ejemplos sobre el sufrimiento de los habitantes bajo la ocupación. Soy activista y periodista, y he vivido estas experiencias con todos sus detalles desde la celebración de mi matrimonio en Damasco hasta mi llegada al Golan el año 1998. Vivo la experiencia del cierre… de las ansias y la nostalgia hacia mi primera casa, y de cómo muchas mujeres no pudieron acompañar a mi padre en sus últimas horas de vida.

El sueño de la visita al Golan

Mi pequeña niña Salma pensaba que su padre es mi padre, nunca me ha escuchado decir a mí, padre o madre. Su primera experiencia de alejamiento fue su primer día en la guardería. Preguntó llorando por primera vez: «Madre donde están tus familiares». Las palabras se diferencian y las historias e imágenes varían pero los hechos son los mismos: la tristeza, el dolor y las lágrimas, todas son comunes. Se corta o se alarga nuestra ausencia, se hace grande o pequeño nuestro dolor, olvidamos, recordamos, sufrimos, lloramos, crecemos, y probablemente morirás solo… ¿quién sabe? Quién se interesa por ti, si creciste o viviste, tu simple y sencillo sueño te priva de tu presente felicidad y te combate, el regreso a tu primera casa, al barrio, a los amigos, y al lugar de las memorias de la infancia. Escarbo en el corazón y observo que las lágrimas nunca se secan, o tal vez se secan. Este alejamiento te distrae y te hace sentir en muerte lenta, parcial, cuando te separa años de quien amaste sin contacto verdadero, eso es muerte de otro tipo. Cuando dejas la cara de tu madre brillante y la encuentras después de años llena de arrugas, probablemente seas tú la causa de la mitad de estas arrugas. ¿Te vas a llorar a ti misma? A tu madre, ¿quién sabe cuándo será la próxima vez que vayas a verla o escucharla?
Probablemente creyeron que somos aficionados a la muerte, sufrimiento y llanto. Probablemente sienten cómo seguir viendo una película árabe, antigua, llena de emoción y sentimiento. Emad, residente del ocupado Golan, estudió en Damasco y se casó allí y tuvo dos hijas, pero la muerte estaba más cerca que el abrazo de sus padres y su pueblo. Murió a causa de un grave accidente en Damasco y fue enterrado en circunstancias aún más duras  en su pueblo Majdel Shams. Cuando una tragedia empieza en el Golan es difícil que termine en estas circunstancias, Emad se desvaneció pero dejó a su esposa y dos niñas que dan un poco de consuelo a sus parientes, pero la esposa es de nacionalidad siria que pudo llegar al Golan en condiciones excepcionales para despedir a su difunto esposo, darle el ultimo adiós y para conocer por primera vez a su pueblo y sus familiares. La obligaron a regresar a Siria después de una estancia de un mes por no tener los documentos necesarios de estancia; regresó cargada con sus tristezas y preguntas que no terminan. ¿Dónde voy a vivir y donde crecerán las niña? (...)

¿Cómo vivir así?
Me hubiera sentido derrotada permanentemente si no hubiera pasado el cruce cuando recibí la mala noticia del fallecimiento de mi padre hace pocos días, no tengo cuerpo que aguante los sentimientos de tristeza y enojo y frustración y la incapacidad, nada  me tranquiliza más que un profundo grito en su lugar apropiado, atormentando el crucero creando en «la sencillez de mi requisito». Qué puede hacer o afectar mi tristeza en el camino de sus guerras u obras de paz, o que afecte la seguridad de Israel, el cruce para mí era una victoria interna sencilla, era una respuesta bonita a una persona muy querida que he amado mucho, hasta en su muerte me ofreció su último regalo: más decisión, fuerza y experiencia de nuevos sentimientos confusos.
No es nuestro destino nacer y morir en la sombra de la ocupación, tampoco es nuestro destino que nos persigan las tristezas y los sufrimientos, la verdad es que hay ahora mujeres golanitas que están sufriendo y padecen privaciones de los derechos humanos más sencillos como es el contactar con sus seres amados, sus amigos y su patria. ¿Quién nos quiere quitar de por vida este sencillo sueño? ¿Quién es el beneficiado de encerrar a las mujeres golanitas como rehenes de sus emociones, agitaciones y nostalgia? Los asuntos humanitarios deben ser resueltos, no pueden posponerse tus asuntos humanitarios hasta que se termine la ocupación, si no guardas una parte de humanidad, la ocupación no se vence nunca. Alguien pregunta por qué nos aferramos a querer vivir junto a los que viven en el otro lado de la ocupación. ¿Cuántas veces me han dicho que es doloroso y costoso casar a las golanitas con esposos de la madre patria Siria, o casar a las mujeres sirias con esposos del Golan? Hay un precio que se deba pagar, dicen, así que ¿por qué tomar este riesgo?
Se puede responder a esta pregunta con claridad: ¡Porque amamos! O porque matamos el sueño y no nos rendimos. Desde luego casarse con un joven golanita implica una aventura y muchas veces escucho palabras duras: «Que se enfrente con los resultados de su decisión, ¿es que no sabía de esta realidad? ¡Que se quede en su tierra!» Oímos muchos de estos comentarios ridículos y de criterio limitado. Al casarse las golanitas se ponen en circunstancias comunes desde el primer momento, la nostalgia de los familiares y los amigos será una causa común, que tus hijos crezcan en la casa de sus abuelos y estén relacionados con la guerra y la paz en la región, no aislados en un campo de concentración al aire libre. Después de aventurarte porque amaste, adorarás al que aventuraste, porque este amor amplió los límites de tu pertenencia y pensamiento, e hizo los dolores de la patria tuyos; la felicidad y la tristeza apegadas a ti, la victoria es tuya… y su vencimiento es derrota de tu espíritu. Estoy en buena salud ahora, mis familiares también, todo lo que deseo es lanzar una mirada a mi antigua casa, ver  a mi madre tocando a mi puerta en una madrugada caliente preguntando: ¿qué, estás ocupada hoy?
(Extraído del Libro: Palestina tiene nombre de mujer)

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