Juana Azurduy de Padilla nació en 1780, en Chuquisaca, dicha ciudad recibía los nombres de La Plata o Charcas,
era una de las más importantes de la América española.
Heroína de la independencia del Alto Perú (actual Bolivia).
Descendiente de una familia mestiza, quedó huérfana en edad muy temprana. Pasó
los primeros años de su vida en un convento de monjas de su provincia natal, la
cual fue sede de la Real Audiencia de Charcas.
En 1802 contrajo matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, con
quien tendría cinco hijos. Tras el estallido de la revolución independentista el
25 de mayo de 1810, Juana y su marido se unieron a los ejércitos populares,
creados tras la destitución del virrey y al producirse el nombramiento de Juan
Antonio Álvarez como gobernador del territorio. El caso de Juana no fue una
excepción; muchas mujeres se incorporaban a la lucha en estos años.
Juana colaboró activamente con su marido para organizar el
escuadrón que sería conocido como Los Leales, el cual debía unirse a las tropas
enviadas desde Buenos Aires para liberar el Alto Perú. Durante el primer año de
lucha, Juana se vio obligada a abandonar a sus hijos y entró en combate en
numerosas ocasiones, ya que la reacción realista desde Perú no se hizo esperar.
La Audiencia de Charcas quedó dividida en dos zonas, una controlada por la
guerrilla y otra por los ejércitos leales al rey de España.
En 1810 se incorporó al ejército libertador de Manuel
Belgrano, que quedó muy impresionado por el valor en combate de Juana; en
reconocimiento a su labor, Belgrano llegó a entregarle su propia espada. Juana
y su esposo participaron en la defensa de Tarabuco, La Laguna y Pomabamba.
Mención especial merece la intervención de Juana en la
región de Villar, en el verano de 1816. Su marido tuvo que partir hacia la zona
del Chaco y dejó a cargo de su esposa esa región estratégica, conocida también
en la época como Hacienda de Villar. Dicha zona fue objeto de los ataques
realistas, pero Juana organizó la defensa del territorio y, en una audaz
incursión, arrebató ella misma la bandera del regimiento al jefe de las fuerzas
enemigas y dirigió la ocupación del Cerro de la Plata. Por esta acción y con
los informes favorables de Belgrano, el gobierno de Buenos Aires, en agosto de
1816, decidió otorgar a Juana Azurduy el rango de teniente coronel de las
milicias, las cuales eran la base del ejército independentista de la región.
Tras hacerse cargo el general José de San Martín de los
ejércitos que pretendían liberar Perú, la estrategia de la guerra cambió. San
Martín quería atacar Lima a través del Pacífico, por lo que era necesario, para
poder desarrollar su estrategia, la liberación completa de Chile. Esta decisión
dejó a la guerrilla del Alto Perú en condiciones muy precarias; Juana y su
marido vivieron momentos extremadamente críticos, tanto que sus cuatro hijos
mayores murieron de hambre.
Poco tiempo después Juana, que esperaba a su quinto hijo,
quedó viuda tras la muerte de su marido en la batalla de Villar (14 de
septiembre de 1816). El cuerpo de su marido fue colgado por los realistas en el
pueblo de la Laguna, y Juana se halló en una situación desesperada: sola,
embarazada y con los ejércitos realistas controlando eficazmente el territorio.
Tras dar a luz a una niña, se unió a la guerrilla de Martín Miguel Gümes, que
operaba en el norte del Alto Perú. A la muerte de este caudillo se disolvió la
guerrilla del norte, y Juana se vio obligada a malvivir en la región de Salta.
Tras la proclamación de la independencia de Bolivia en 1825,
Juana intentó en numerosas ocasiones que el gobierno de la nueva nación le
devolviera sus bienes para poder regresar a su ciudad natal, pero a pesar de su
prestigio no consiguió una respuesta favorable de los dirigentes políticos.
Murió en la provincia argentina Jujuy a los ochenta años de edad, el 25 de mayo
de 1860, en la más completa miseria: su funeral costó un peso y fue enterrada
en una fosa común. Sólo póstumamente se le reconocerían el valor y los
servicios prestados al país.
Recién en 2009 la presidencia la ascendió al grado de general a Juana Azurduy, y será la primera mujer en ingresar al
Ejército argentino.
Vídeo resumen de su vida: Caras y Caretas TV, Mujeres argentinas
Canción: Juana Azurduy, interpretada por Mercedes Sosa, letra de Felix Luna y música de Ariel Ramirez.
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