Su importancia histórica:
"El papel que desempeñó
doña Micaela Bastidas Puyucawa tiene capital importancia para conocer la
rebelión de Tinta. Puede asegurarse que, desde el primer momento, ella fue el
principal consejero de Túpac Amaru, junto al rumoreado Consejo de los Cinco. Y
aunque el caudillo actuó mediante decisiones propias, por sus ideas e
iniciativas aparece la figura de esta enérgica y prócer mujer con los
caracteres de un personaje de valor innegable"
Sus orígenes:
Josefa Puyucawa entró en
relaciones con un Manuel Bastidas, seguramente negroide, y de esta unión
natural nació una niña que bautizaron Micaela Bastidas Puyucawa. El nacimiento
ocurrió en Pampamarca por 1742. De su infancia no sabemos nada.
Debió crecer al lado de sus
padres y de sus hermanos Antonio y Miguel, también de sus tíos maternos. Nada
más puede decirse, salvo que la niña se hizo mujer y esto lo vio Pampamarca.
Tuvo porte distinguido y
belleza algo extraña: era esbelta de cuello, en la Sierra cosa infrecuente,
señalando un testimonio de inspiración dieciochesca que fue "mujer notable
por su hermosura". Intuimos que su belleza no fue estrictamente andina,
sino que también influía su sangre africana. No en vano, años después, sus
enemigos se referían a ella motejándola de "zamba". En todo caso era
bella, de energía nada común y de personalidad acusada.
Su unión con José Gabriel
Condorcanqui:
Tenía menos de veinte años
cuando la pretendió José Gabriel. Formalizada la situación, Micaela pasó con
sus padres a Surimana, los cuales comienzan a figurar como "españoles de
dicho pueblo", y Manuel Bastidas a anteponerse un "Don" a su
nombre. Se presume que el joven curaca dio facilidades a sus futuros suegros
para cimentarse en el lugar, porque de otro modo habrían seguido residiendo en
Pampamarca. La boda se efectuó en la iglesia del pueblo de Nuestra Señora de la
Purificación de Surimana, en el altar mayor que todavía existe, el 25 de mayo
de 1760. El matrimonio fue de españoles desde el ángulo social, fue indio desde
el ángulo curacal y fue mestizo desde el ángulo racial, pero, por encima de
todo, el matrimonio cristiano de don José Gabriel y Micaela estaba llamado a
convertirse en un matrimonio histórico.
Ella lo llamaba a él
cariñosamente “Chepe” (abreviatura de Jusephe) y él a ella “Mica” o “Micaco”
(diminutivo afectuoso de Micaela). De la unión matrimonial de José Gabriel y
Micaela vinieron al mundo tres hijos: Hipólito, el primogénito, nacido en Surimana
en 1761. Mariano, que vio la luz en Tungasuca el 17 de setiembre de 1762 y
Fernando, nacido también en Tungasuca en 1768. Sabemos que en la intimidad este
hogar era feliz. De vez en cuando hubo pleitos conyugales, siempre cortos y
pasajeros, pero tales disensiones no sirvieron sino para enraizar más la
creciente felicidad de la pareja.
Lucha por la Independencia:
Sus cartas dirigidas a Túpac
Amaru II durante la guerra evidencian su extraordinaria entrega a la causa
revolucionaria. Muchos opinan que si el Inca hubiera tomado el Cusco en los
primeros días del levantamiento, como lo exigía Micaela, hubiera sido casi
imposible que los realistas la recuperaran.
Fue capturada tras el
fracaso de la sublevación indígena liderada por Túpac Amaru II. Bastidas fue
ejecutada por los españoles, quienes la maltrataron cortándole la lengua y
golpeándola en el vientre mientras agonizaba.
Murió el 28 de mayo de 1781
en la Plaza de Armas del Cusco y su muerte fue presenciada por su esposo, José
Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II.
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