Haydée Tamara Bunke Bider, “Tania la Guerrillera”, nació el
19 de noviembre de 1937, en Alemania. De padre alemán -Erich Bunke- y madre
polaca (Nadia Bider), tuvieron que emigrar hacia la Argentina huyendo de los nazi
fascistas.
Con solo 18 años fue admitida en el Partido Socialista
Unificado de Alemania (PSUA) y en 1960 conoció personalmente al Che cuando este
viajó a la República Democrática Alemana (RDA).
En varias oportunidades le sirvió al Che de intérprete y el
Guerrillero Heroico captó enseguida las condiciones y cualidades de la joven
argentino-alemana.
En 1961 llegó a Cuba y trabajó en el Ministerio de
Educación, en el ICAP y en la dirección nacional de la FMC. En La Habana se le
vio vestir el uniforme de miliciana y actuar en defensa del triunfante proceso
revolucionario.
Con el tiempo y con el seudónimo de Laura Gutiérrez Bauer,
cumplió la misión secreta encargada por la dirección del país -y en particular
por el Che- de establecer relaciones con la clase gobernante y el Ejército de
Bolivia, adonde llegó a fines de 1964, todo eso para después crear las mínimas
condiciones de apertura del frente guerrillero.
En 1966 se le concedió la militancia del Partido Comunista
de Cuba por su conducta y su trayectoria como luchadora y revolucionaria consecuente,
y se vinculó definitivamente a la guerrilla, a las órdenes directas del
Comandante Juan Vitalio Acuña Núñez, «Joaquín» en la gesta en Bolivia.
Como se sabe, en abril de 1967 ese grupo de la retaguardia,
comandado por Joaquín, perdió el contacto con el resto de la guerrilla y así se
mantuvo varios meses, aunque unos y otros intentaron reagruparse, sin poder
conseguirlo.
Duele mucho saber, por ejemplo, que cuando los guerrilleros
-entre ellos Tania- cayeron en una emboscada, mientras cruzaban el vado de un
río, el 31 de agosto de 1967, hace 45 años, el Che y sus compañeros, sin
saberlo, se encontraban exactamente a un kilómetro de ellos.
El cadáver de Tania fue arrastrado por el río y hallado el 6
de septiembre por soldados bolivianos. Al otro día trasladaron su cuerpo sin
vida hacia el Regimiento Pando y el 8 la enterraron en un ataúd de madera.
La fosa donde la enterraron fue encontrada por el ingeniero
geofísico Noel Pérez y por el arqueólogo Roberto Rodríguez, ambos cubanos, a
las diez de la mañana del sábado 19 de septiembre de 1998; pero la certeza
científica de que era ella se tuvo a las 5:30 de la tarde del lunes 21 de
septiembre, luego del riguroso estudio antropológico forense de Héctor Soto,
también especialista cubano.
Desde 1998 los restos de Tania descansan en el mausoleo
erigido al Che y a sus compañeros, en la ciudad de Santa Clara.
(Tomado de Juventud Rebelde)
Tania la guerrillera
A partir del 27 de marzo 1967, Tania será una combatiente
más, que dará múltiples muestras de su valentía, eficiente preparación y alto
espíritu combativo, que la hacen una enemiga temida por el ejército. Explica
Paco, único sobreviviente de la Retaguardia a la que perteneciera Tania desde
el 16 de abril, que más de una vez ella quedó sola con una ametralladora 30,
encargada de defender el campamento y se oponía a cualquier privilegio por ser
mujer.
Aquella tarde del jueves 31 de agosto de 1967, cuando sale
de la enmaranada vegetación su delgada figura de largos cabellos claros,
portando un M-1, cargada con la mochila y vistiendo pantalón de camuflaje,
botas algo grandes para sus pies y una destenida blusa a rayas verdes y
blancas, los soldados agazapados en la maleza quedan impresionados ante la
presencia de la guerrillera. La mujer que muchas veces les conminará a la
rendición avanza en la columna; es la penúltima en penetrar en la rápida
corriente del Río Grande. Marcha entre Paco (José Castillo Chavez) y Joaquín
(Juan Vitalio Acuna). El agua le llega casi a la cadera cuando se escuchan los
primeros disparos. Levanta de inmediato los brazos en un intento para comenzar
a disparar su metralleta, pero una ráfaga disparada por el soldado Vargas le
alcanza el pulmón y su cuerpo inerme es arrastrado por la corriente.
"El Negro" (José Restituto Cabrera Flores), médico
peruano a quien el Che encargara el cuidado de Tania, trata de salvarla y se
deja arrastrar por la corriente. Nada desesperadamente hasta que le da alcance
y comprueba su muerte. Siete días después encuentran su cadáver en la orilla
del Río Bravo. También esta la mochila donde llevaba escasas ropas, libretas de
anotaciones con nombres y direcciones de personas ajenas al movimiento
revolucionario, presupuestos de los víveres comprados y cintas grabadas con la
música del continente que tanto amó. Cuentan que unas religiosas pidieron sus
restos para vestirlo y darle cristiana sepultura. Hasta el cementerio de Valle
Grande la escoltaron soldados. El propio presidente Barrientos, quien la había
conocido en recepciones oficiales, llego hasta allí; sin confesarlo admiró a la
bella muchacha de 29 años que burló todos los servicios de inteligencia. Seis
semanas más tarde también caería el Che.
El pueblo boliviano la convirtió en leyenda y Tania vive hoy
en el grito de libertad que dicen se escucha cada día en el lugar donde fue
encontrado su cuerpo, en las flores que colocan manos desconocidas en la tumba
anónima del lejano paraje andino donde entregó su valiosa vida por la
liberación de la humanidad. Tamara Bunke es el costado femenino de una
revolución que luchó por las utopías de su época, y que a la luz de nuestros
ojos nos obliga a reflexionar sobre el pasado.
(tomado de http://mujeres-riot.webcindario.com/Tamara_Bunke.htm)
Homenaje a Tania
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