jueves, 15 de mayo de 2014

Una historia pequeña

Una pequeña historia les quiero contar,
una microscópica historia.
Un drama tan íntimo,
tan profundo y tan interno,
que quizás…no vale la pena contar.
¿A quien le interesará esta historia?
solo a mí, solo a vos, a nadie más.
Mis ovarios se durmieron  
en la noche de lo tiempos,
dormidos están, sin tiempo, sin lugar,
se durmieron un sueño profundo y no despertarán,
No llegaron a ser, ni serán.
Se cerraron a la posibilidad, 
como una flor que no se abrió,
y  esto parecía el final.
Aunque esto pasó en mi cuerpo,
y fue un golpe mortal.
Ahora mirando atrás puedo decir:
que la mujer se levanta de las cenizas,
se alza orgullosa de su cuerpo y de todo su ser
porque ser mujer no es  tener ovarios fecundados
sino solidarizarnos entre nosotras
con el resto de la humanidad,
Vincularnos con la vida,
con la tierra, con la memoria,
y lo que parecía el final
era un volver a comenzar
porque en medio de la noche una luz brillará,
y nos hará fuertes en nuestras flaquezas,  
Para buscar un mundo más justo,
y no dejemos  de soñar.
Algunos, al escuchar esta historia,
pensarán que fue una maldición,
con esto una puerta se cerró
pero no cerró el camino,
para formar una familia desde el amor.
porque ser madre no es solo parir
sino tener el coraje y corazón
para amar a alguien sin razón, 
y este vínculo sea más fuerte
que la sangre y la tradición,
porque ahora no estoy sola
y estar juntos ya es una bendición.
Simplemente Carmen








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