Pequeño repaso de mi experiencia en la Lectura Popular de la Biblia
Este pequeño ensayo no pretende ser un texto
informativo o erudito, sino es una ayuda memoria de mi recorrido en talleres de
lectura popular de la Biblia
y cómo fue el impacto en mi vida. Esto
implica recordar, es decir volver a
pasar por el corazón, y realizar una síntesis, en palabras, de mi
experiencia de Dios que fue un profundo proceso, por eso no es tarea fácil,
pero espero que sea útil para otros y otras caminantes de la Biblia y de la Vida.
Para comenzar, permítanme presentarme: mi nombre
es Carmen y nací en Buenos Aires, mi familia es de Corrientes, en la mesopotámica
argentina, y una costumbre de allí es tomar mate, que es una infusión a base de yerba mate, una
planta autóctona, que se toma con una bombilla y se comparte. Esto me sirve
para plantear una comparación porque aprendiendo a tomar mate en las reuniones
comprendí la unión de la vida y la
Biblia.
El primer paso es tomar el mate en nuestras
manos, este recipiente significa nuestro cuerpo, sentimientos, nuestra experiencia, vida, en
este momento nos comprometemos con nuestra realidad tanto individual como
colectiva. Este punto no es fácil, ni
neutro y a veces se necesita la ayuda de los demás. Cuando comencé este caminar
tenia veinte años, no tenía un proyecto de vida, no estudiaba, no trabajaba,
estaba encerrada en mi misma, en mis problemas, y aunque crecí en una familia
creyente sentía a Dios lejano. Entonces, fueron mis vecinas con las cuales me reunía
a leer la Biblia
en los círculos bíblicos, las que vieron en mí dones que ni yo sabía que
poseía; me animaron y, así juntas, fuimos dando pasitos, descubriendo a este
Dios cercano que, a través de la
Biblia , nos convoca, cuestiona, convierte y compromete. Este
momento es de apertura para la escucha de la vida propia y ajena, porque es tierra santa y es allí Dios se manifiesta.
El segundo momento -continuando con la
comparación- es buscarle el sabor a la
yerba mate: esta simboliza la realidad, es buscar las raíces profundas que nos
animan, nos mueven, el proyecto común,
el sentido de la vida. En lo personal, fui capaz de salir de mi aislamiento,
sentirme valorada, descubrir a Dios liberador que escucha el grito del pobre, (Ex.3,
7) a Dios compañero que camina junto a
nosotros, a Dios madre que nos toma de la mano en las dificultades…(Is.66,13) en un sentido, es descubrir a Dios presente en la
vida. En este paso comencé a comprometerme con la realidad diocesana, en la Comisión Bíblica
de Quilmes, para llevar la
Palabra a otros ámbitos. También comencé a estudiar el secundario, después el profesorado en Historia, pero en los
encuentros es donde iba creciendo mi fe, en donde aprendí a escuchar a las personas pobres, en su mayoría mujeres, que tienen la
facilidad de unir el texto Bíblico con la vida. Por esta razón, hay que destacar
que en todo mate es importante la bombilla, porque esta simboliza la comunidad
que lee la Palabra ,
entre todos nos ayudamos a descubrir este sentido profundo de la realidad o las
preguntas que nos plantea.
En el tercer momento, empapamos la yerba mate
con el agua de la Palabra.
El agua simboliza la Palabra que atraviesa nuestra existencia, saca lo
mejor de ella, todo se entremezcla, se enriquece, y allí está el valor de la Palabra. El texto nos ayuda a descubrir al pueblo de Dios y al Dios del
pueblo en ese caminar que va desde el pasado al presente. Y en este momento hay
que tener en cuenta la situación, el contexto en el cual fue escrito el pasaje
Bíblico, y después hacer silencio para que el mismo nos hable y sea luz para
nuestro presente, porque la
Palabra siempre tiene un mensaje para nosotros. Para descubrir
este mensaje hay que rumiar la
Palabra ; muchas veces
lo vemos como en una ventana de vidrio transparente y otras, como si el vidrio
se empañara o estuviera oscuro, es decir nos quedamos sólo con texto, no
encontramos el mensaje, lo repetimos y no lo traemos al presente, pero en otras,
la relación sale por sí sola, a veces por alguna reflexión. Recuerdo que en
algunas reuniones nos encontrábamos trabados y Zacarías, un hombre que aprendió
a leer con la Biblia ,
siempre se disculpaba primero para comenzar a hablar, porque decía que no sabía
expresarse pero sus reflexiones daban siempre el mensaje porque lo relacionaba con algún problema de la
comunidad. En otras ocasiones, Pilar, una mujer callada, casi al finalizar el
encuentro, con una frase quizás pequeña pero profunda nos dejaba a todos
sorprendidos. En esos momentos venía a mi memoria el pasaje en que Jesús alaba a su Padre porque se oculta a
los sabios y entendidos y se da a conocer a los pobres (Mt. 11, 25) A esto el
P. Ángel Caputo lo explicaba como el círculo
de interpretación, que va de la Biblia a la Vida y de la Vida a la Biblia , a la luz de Juan
10, 10 “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”.
El último paso es la ronda del mate que se hace
fiesta de vida y comunidad, es el momento celebrativo, que nos llena el alma y
no queremos que termine, podríamos compararlo con el pasaje de Marcos en donde
Pedro exclama: ¡qué bien estamos acá, construyamos tres carpas! (Mc 9, 5). Es
una gracia de Dios, es una repuesta a Él, que nos da voz a los que no tenemos
voz. Para finalizar, quiero agradecer a mis compañeros y compañeras de camino,
gente de mi pueblo, en especial a Roque Coronel animador bíblico, y muchos que descubrieron conmigo al Dios de la vida.
Simplemente Carmen
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