Cuando yo canto los que me escuchan sienten.
Y lloran porque se dan cuenta
de que todavía son capaces de sentir.
A pesar de los males del mundo.
Nació el 17
de abril de 1919 en San Joaquín de Flores, Costa Rica; nacionalizada mexicana.
Hija de Herminia Lizano y Francisco Vargas.
Dio sus
primeros pasos en la canción en Costa Rica país donde creció. Partió a los 14
años sola y se identificó con el México de los años 50. Huía de los rumores en
un pueblo que no entendía que una mujer usara pantalones y de un país que no
supo, según ella, valorar su talento.
En México
desempeñó varios oficios "Vivía en una azotea de un edificio, bañándome en
el baño de las criadas, vendía cositas y cantaba. Una señora me prestó un coche
y pusimos una agencia de criadas, y yo, en el cochecito, llevaba a las
muchachas a las casas y ganaba dos pesos por cada una", hasta que apareció
la oportunidad que le hizo tropezar con la fama: el tema Macorina, una canción
de rebeldía del siglo XVII que ella interpretó con sus propios arreglos.
Chavela Vargas sorprendió por su actitud desafiante y su apuesta radical, no
sólo fue su apariencia la que se saltaba las reglas establecidas, sino que
musicalmente prescindió del mariachi, con lo que eliminó de las rancheras su
carácter de fiesta y mostró al desnudo su profunda desolación.
Eran épocas
en las que paseaba con Agustín Lara, es musa y amiga de Juan Rulfo, vivía con
los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo y cenaba grandes dosis de tequila.
Llegaron los discos y melodías como La Llorona, Somos, Luz de luna o Canción de
las simples cosas. Con el tiempo, la artista estuvo durante 12 años alejada de
la canción, de los escenarios y casi de la vida, por culpa del alcoholismo.
Mientras que su vida en México era desastrosa. "Estrenaba un coche el
viernes y el lunes ya no tenía nada, me emborrachaba y me iba a cantar por las
calles. Yo tomaba tequila, todo me lo tomé, por eso no quedó nada allá".
La mexicana graba más de 40 discos -entre propios y ajenos, para los que prestó
la gravedad de su voz- y protagonizó casi mil conciertos.
En su
regreso dijo: "Salí de los infiernos, pero lo hice cantando". Una
leyenda habla de disparos de pistolas, de chicas secuestradas en su caballo
blanco, brioso, por el paseo de Insurgentes. "Eso no hay que creérselo,
monto a caballo, amo los caballos, pero el de mi leyenda era en realidad un
Alfa Romeo blanco, y nunca secuestré a nadie. Yo he tenido que luchar para ser
yo y que se me respete, y llevar ese estigma, para mi es un orgullo. Llevar el
nombre de lesbiana. No lo voy presumiendo, no lo voy pregonando, pero no lo
niego". La fragilidad de su estampa, chiquita, delgada, ajetreada. Por su
arrugada figura de no más de 53 kilos dejaron su huella los 40 mil litros de alcohol,
que, según un cálculo de su hermano, ella bebió a lo largo de 78 años. "Un
día, estábamos de viaje por Acapulco y a él se le dio por sacar la cuenta de lo
que había tomado, por pelos y señales. Y lo cierto es que el número, aunque
elevado, no me asustó. Todo tiene un para qué en la vida. Y por algo habrá
sido, y yo sé que por algo fue, pero me lo reservo."
Chavela
Vargas volvió a cantar a principios de los noventa. Manolo Arroyo la
redescubrió en El Hábito, en Coyoacán, donde cantaba, y la llevó a España. A
partir de ahí, el éxito. El director español Pedro Almodóvar le dio la
bienvenida y le ofreció participar en su producción La flor de mi secreto. A
partir de ese momento, los títulos y reconocimientos mundiales dan alegría y fe
a su trayectoria musical. Fue intérprete de cabecera para Joaquín Sabina. Una
calle de Burgos (España) lleva su nombre y ha recibido también en el mismo país
el título de "mujer excelentísima". Para Chavela, España es: "Un
país que me hizo su amiga en los años 80, abriéndome sus brazos y su
juventud". Almodóvar, besó el suelo del escenario del Pabellón de Deportes
del Real Madrid y pidió silencio a la audiencia antes de entregar a Vargas el
Premio Latino de Honor. El Consejo de Ministros español le concedió la Gran
Cruz de Isabel la católica en el año 2000.
Conocida en
México como "la Vargas". Ha actuado en escenarios
como el Olimpia de París, el Carnegie Hall y el Palacio de Bellas Artes de
México. La cantante mexicana se despidió en octubre de 2006 de los escenarios
con un concierto homenaje en Ciudad de México, tras cumplir medio siglo de
carrera artística por miedo a perder su voz "No quiero que me vayan a ver
solamente por ser una viejita simpática", aunque siguió colaborando en
grabaciones junto a otros artistas como Miguel Bosé, Joaquín Sabina, Ana Belén
y Armando Manzanero.
Frida esparcía ternura como flores,
sí, como flores. Una gran ternura, una ternura infinita
|
En 2004,
presentó el disco En Carnegie Hall. Durante 2009, con motivo de su 90
aniversario, el Gobierno de la Ciudad de México le rindió un homenaje
nombrándola ciudadana distinguida. En diciembre de 2009, en coautoría con María
Cortina, se presenta el libro Mis verdades, que narra a modo de entrevista, los
acontecimientos más trascendentes de su vida.
Chavela
Vargas falleció en Cuernavaca, Morelos, México, 5 de agosto de 2012.
(Extraído de buscabiografias.com)
Canciones
seleccionadas:
Piensa en mi
Paloma negra
La llorona
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