viernes, 4 de abril de 2014

Calma la tempestad

( Reflexión sobre: Marcos 4,35-40)
Mi vida navega como un barco
en medio de una tormenta.
Calma, Señor, mi tempestad,
mi espíritu está intranquilo,
como un viento huracanado,
que sólo tú puedes calmar.

Soy una persona de poca fe,
demuéstrame que te importo.
Sólo tú calmas mi espíritu
para alcanzar la otra orilla,
para  ser fiel a tu proyecto.

No dejes que me hunda
en este oscuro momento.
Quiero escuchar tu voz,
no te duermas que te necesito.

Sólo tus palabras calman
mi espíritu intranquilo,
y el milagro sucederá
el mar poderoso se calmará
el viento en una brisa se transformará,
nada temeré, si tú estás conmigo.
Simplemente Carmen

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Doce años

  Han pasado doce años, tuvimos tres gatos, dos hijos por un rato, una casa que no es nuestra, una perra petizona tres bicicletas y ...