Tú me llamaste a
seguir tu misión.
Te busco y me pregunto
Maestro ¿dónde vives?
Ven y verás me respondes.
Veo el inmenso cielo celeste
y el verde que se juntan en el horizonte.
Sueño con los campos abiertos que pise.
Y sigo caminando bajo el sol,
por una estrecha senda
de un camino que se pierde.
A lo lejos en una casa humilde,
sales a mi encuentro.
Compartes la dureza de tus días
con sus penas y alegrías
de forma sencilla y sincera.
Te hablo de fe,
me hablas de vida,
compartes conmigo tu pobreza
y surge la esperanza.
Ahora donde vaya
llevaré el recuerdo
de este encuentro
en esta tierra querida
de mi Corrientes porá.
Simplemente Carmen
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