Este no es un
poema para la muerte,
son versos
simples para la vida.
Porque la muerte
llega con dolores,
con angustia,
esperándola o inesperadamente,
en cambio, la
vida es siempre un milagro.
Y en el momento
que parece el final,
la vida es más
fuerte que la muerte.
Ante la muerte
los demás son espectadores
que te acompañan
dormidos o despiertos,
luchando o
rezando, y nos sentimos solos.
Porque nadie, ni siquiera Dios te da el libreto
de esta única y
gran obra,
donde la muerte y
la vida se enfrentan,
en una lucha
eterna
donde cada uno es
protagonista.
Se cierra el
telón, se apagan las luces,
en el escenario
de la vida,
desde un huerto o
desde una cama
el ser humano
elige su destino
se abren dos
caminos, se debe decidir
y entonces el ser
humano es libre,
porque la vida
vence a la muerte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario