María Magdalena fue y
les dijo a los discípulos
que había visto al
Señor, y les contó
todo lo que él había
dicho. (Juan 20, 18)
María Magdalena[1] (en
griego koiné: Μαρία ἡ Μαγδαληνή) es
mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios
apócrifos, se destaca como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Perteneció al
grupo de quienes seguían, servían y subieron junto a Jesús desde Galilea a Jerusalén.
Obra de Tiziano |
La información sobre María Magdalena en los evangelios
canónicos es escasa. Es citada en cuatro hechos diferentes, pero
relevantes,: Mateo, Marcos y Juan la nombran en el momento de la muerte y
resurrección de Jesús; Lucas nos trae la cuarta mención (8,1-3) «Le acompañaban
los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de enfermedades y espíritus
malignos: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios
[…]». Esto dio lugar a muchas controversias sobre su persona, algunos
estudiosos indican que María tenía una dolencia física o psicológica, pero de
ninguna manera esto indica una mala conducta moral. Más adelante vamos a
ver como se la confunde con otras mujeres del nuevo testamento con el fin de estigmatizarla.
En compañía de otras mujeres, fue la primera testigo de la
resurrección, según una tradición en la que concuerdan los cuatro evangelios.
Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles. Según un relato
que sólo aparece en el evangelio de Juan, fue testigo de una aparición de Jesús
resucitado. Podemos por esto decir que María Magdalena es también apóstol, ya
que esta palabra significa enviado, y ella es enviada a los discípulos a
anunciar la resurrección. Rescatar a María es rescatar los orígenes del
cristianismo donde las mujeres tuvieron un papel importante.
Identificación con otros personajes
Los citados anteriormente son los únicos pasajes de los evangelios
canónicos en los que se nombra a María de Magdala. La tradición cristiana
occidental (católica), sin embargo, aunque sin apoyarse en evidencias textuales
de ningún tipo, ha identificado con María Magdalena a otros personajes que aparecen en el Nuevo Testamento:
La mujer adúltera a la que Jesús salva de la lapidación, en
un episodio que sólo relata el evangelio de Juan (8, 2-11)
Se identifica también con la María del episodio de la
disputa entre Marta y María. (Lucas 10, 38-42)
La mujer que unge con perfumes los pies de Jesús y los
enjuga con sus cabellos antes de su llegada a Jerusalén según otros evangelios, cuyo nombre no se menciona. La
unción tuvo lugar durante el ministerio en Galilea. (Marcos 14, 3-9; Mateo,
26,6-13), y Lucas agrega que ésta mujer era pecadora (7, 36-50). Entonces una mala
interpretación estableció a María Magdalena
como “pecadora” y "prostituta"; esta versión fue difundida por algunos teólogos en los siglos III y IV, y luego fue reafirmada en un sermón que el papa
Gregorio I dio en el año 591. Esta teoría gozó de mucha popularidad
en el siglo XIX y constituyó un tema frecuente en la iconografía cristiana
occidental.
María Magdalena en los evangelios apócrifos
"A la mañana del domingo, María, la de Magdala, discípula del
Señor -atemorizada a causa de los judíos, pues estaban rabiosos de ira, no
había hecho en el sepulcro del Señor lo que solían hacer las mujeres por sus
muertos queridos-, tomó a sus amigas consigo y vino al sepulcro en que había
sido depositado."
En al menos dos de los textos gnósticos coptos encontrados
en Nag Hammadi, el evangelio de Tomás y el evangelio de Felipe, María Magdalena
aparece mencionada como discípula cercana de Jesús, en una relación tan cercana
como la de los apóstoles. En el evangelio de Tomás hay dos menciones de Mariham
(logia 21 y 114) que, según los estudiosos, hacen referencia a María
Magdalena. La segunda mención forma parte de un pasaje enigmático que ha sido
objeto de muy variadas interpretaciones:
Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!,
pues las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me encargaré
de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en un espíritu
viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer que se haga varón,
entrará en el reino del cielo»..
En el evangelio de Felipe (log. 32) es considerada la
compañera (κοινωνος) de Jesús:
Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su
madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su
compañera [κοινωνος]. María es, en efecto, su hermana, su madre y su
compañera..
Por último, otra importante referencia al personaje se
encuentra en el evangelio de María Magdalena, texto del que se conservan sólo
dos fragmentos griegos del siglo III y otro, más extensos, en copto, del siglo
V. En el texto, tres apóstoles discuten acerca del testimonio de María
Magdalena sobre Jesús. Andrés y Pedro desconfían de su testimonio, y es Leví
(el apóstol Mateo) quien defiende a María.
Por lo visto María Magdalena tenía un papel fundamental también
en estos evangelios y diputa el liderazgo a Pedro.
Icono de la Iglesia ortodoxa: Santa María Magdalena |
“Si las mujeres debieran permanecer en silencio,
entonces no
tendríamos ningún testimonio de la resurrección.”
Jürgen Moltann
[1] Magdalena es un apelativo
por su lugar de procedencia, ya que deriva de Magdala, que significa en hebreo, atalaya,
torre. En los evangelios no se dice donde estaba está ciudad. EL historiador
Flavio Josefo la llama por su nombre en griego: Taríquea, y se ubica a los márgenes
del río de Galilea, Al norte de Tiberías y al Sur de Cafarnaúm. Actualmente se
encuentra allí una población llamada Mijdal donde diversos trabajaos arqueológicos
descubrieron elementos del siglo I
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